Por Comunicación Corporativa
Durante semanas, el talento humano de Coopesantos recogió miles de paquetes vacíos de galleta con dos claros propósitos: evitar que esos desechos terminaran ensuciando nuestros ríos y montañas, y también aportar a la noble labor de las Obras del Espíritu Santo, organización que desarrolla distintos proyectos en beneficio de muchos niños, jóvenes y adultos en vulnerabilidad socioeconómica.
Sofía Naranjo Valverde, colaboradora de la Dirección Comercial fue una de los participantes de esta iniciativa y comentó que quisieron sumarse al espíritu ambientalista de la Cooperativa, por eso aportaron un granito de arena para proteger el planeta, además de colaborar para el presente y futuro de la población infantil que tanto lo necesita.
“Nos enteramos de que la Pozuelo tenía el programa Reciclamos entre todos, y que le recibía ecoblocks a Obras del Espíritu Santo con el material de los empaques vacíos, que no son reciclables por sí solos, pero que sirven para procesarlos y hacer muebles y otras construcciones. Además, los beneficiaba con galletas y eso nos animó más”, comentó.
En total, la gente Coopesantos logró completar 53 ecoblocks, con un peso total de 45 kilos, los cuales se utilizan para la construcción de bancas, mesas y sillas, y otro tipo de mobiliario como el playground instalado recientemente para los niños de preescolar y primaria que asisten al Centro Educativo de la Alegría, uno de los servicios de Obras del Espíritu Santo en los barrios del sur de la capital.