600 familias de zonas alejadas cuentan con internet inalámbrico gracias a proyecto millonario de la Cooperativa y el Inder
Ya sea para trabajar, estudiar o simplemente para mantener a los seres humanos conectados con el mundo, internet se ha vuelto un servicio elemental en la vida moderna. Sin embargo, millones de personas no pueden acceder a la web por condiciones técnicas como la lejanía de sus poblaciones o el difícil acceso de esos territorios, un problema recurrente que determina el subdesarrollo de esas zonas.
Coopesantos R.L., consciente de que esta problemática afecta a muchas zonas rurales del área servida, implementó y ejecutó el programa “Progreso en la conectividad mediante la instalación del servicio inalámbrico de internet” con el cual unas 600 familias de los cantones de Dota, Tarrazú, León Cortés, Cartago Central, El Guarco, Desamparados, Aserrí, Acosta y Mora ahora pueden acceder a un servicio seguro, estable y con tecnología de punta en un área de 1100 km².
La colocación de 35 repetidoras de señal y equipos idóneos correspondientes llevan tecnología microonda en bandas de 5 GHz la cual permite una buena cobertura de 6 Km a la redonda, y con velocidades de entre 4 y 100 Mbps.
El programa de implementación del internet inalámbrico se llevó a cabo gracias a la alianza entre Coopesantos R. L. y el Instituto de Desarrollo Rural (Inder). Para este proyecto la Cooperativa invirtió 694 millones de colones.
“Hemos construido una relación cercana con el Inder cuyo apoyo fue esencial para hacer realidad este proyecto. Llevar internet a miles de personas en territorio rural de difícil acceso llena de orgullo a Coopesantos pues, hoy en día, el estudio, el trabajo y el desarrollo de estas comunidades y sus pobladores dependen de la interconectividad que ya es una realidad”, indicó el gerente general de Coopesantos, Mario Patricio Solís Solís.
Andrea García Picado, ama de casa y emprendedora, celebró el primer servicio de internet inalámbrico en su casa de habitación, en la comunidad rural de La Uruca de Aserrí. Ella ve con esperanza la llegada de la tecnología a su vida y a la de sus hijos, quienes durante mucho tiempo no estuvieron en igualdad de condiciones que otros jóvenes para forjarse un mejor futuro.
“Antes de tener acceso a internet era un caos… Ahora, con esta oportunidad que nos dio Coopesantos mis hijos pueden estudiar desde la casa y no tienen que ir a buscar un café internet para conectarse. Yo ahora puedo buscar recetas de repostería para hacer quequitos, y los vendo para ayudarme. Ha sido una bendición”, comentó la feliz emprendedora.