La escuela de San Joaquín de Tarrazú recibió por primera vez la señal de internet inalámbrico para zonas alejadas y de difícil acceso proporcionada por Coopesantos
Cuando la directora de la escuela unidocente de San Joaquín de Tarrazú, María José Monge Navarro, habla sobre la llegada del internet inalámbrico de Coopesantos R. L. a su centro educativo, no se puede sentir más que emoción. La dedicación y el deseo de que los pequeños de la zona se superen y puedan cumplir sus sueños futuros es una constante y motivación en todo lo que hace.
La niña María José conversó sobre el reto de impartir lecciones en un centro educativo que, hasta hace poco días estaba aislado de la tecnología, pero que ahora tiene acceso a internet inalámbrico de 25 megas y, con ello, tienen una ventana abierta al mundo con mejores oportunidades para beneficio de los estudiantes.
“Inició con muchos retos y necesidades evidentes, principalmente con la dificultad de encontrarme con una escuela sin servicio de electricidad, porque no fue sino hasta el 2021 cuando Coopesantos pudo instalar la luz. Antes de eso, se contaba con un panel que rendía hasta las 11:00 a.m.
Ese fue un paso muy significativo con el que mejoraron las condiciones en beneficio de los chicos. Otro reto ha sido la falta de acceso al internet, que afectó por mucho tiempo la labor docente y administrativa, muchos de los trabajos tuve que hacerlos desde mi casa porque en la escuela era imposible: enviar correos, investigar y llevar videos y otros materiales previamente descargados para los chicos de preescolar y primaria y, por supuesto, los estudiantes no podían participar del proceso educativo, tenían una clara desventaja”.
María José trabajó “con las uñas”, como se dice popularmente, para atender a sus 3 estudiantes en la única escuelita de la zona. Pero siempre quiso la oportunidad de darles las herramientas tecnológicas como en otras zonas del país. “La realidad actual exige a los niños aprender desde pequeños con la tecnología. Si no lo hacen pierden, están en desventaja con los demás. La tecnología es apoyo para el docente y la familia, que les permite a los niños conocer, investigar e interiorizar los nuevos aprendizajes. Es una necesidad educativa”, comentó.
La niña María José comentó que San Joaquín de Tarrazú ha tenido esa gran limitante por la zona alejada donde está ubicada. Los caminos de lastre constantemente se dañan en el invierno, hay derrumbes y eso dificulta obtener servicios eficientes de otras empresas. Pero ahora todo eso quedó en el pasado, y los estudiantes podrán ejercer su derecho de una formación educativa con los recursos que merecen.
“Considero que Coopesantos se ha identificado plenamente con la comunidad de San Joaquín, ya conocen nuestra realidad y las limitaciones con las que trabajábamos. Este programa de internet inalámbrico para zonas alejadas y de difícil acceso vino a cambiarlo todo. Las comunidades como San Joaquín necesitan de estos apoyos porque hacen crecer a los pueblos, nos sacan del aislamiento y benefician a toda la comunidad”, concluyó emocionada la docente.